ICL examina la utilización de abono de polisulfato natural en olivares ecológicos y convencionales
ICL está lanzando 2 proyectos científicos en Baeza y Madrigalejos para evaluar los beneficios en un largo plazo del polisulfato en los sistemas de cultivo de olivos convencionales y orgánicos.
Participa en el debate de Expoliva sobre innovación y sostenibilidad del olivar.
Este año 2021 se festeja el 20. Jubileo de Expoliva, por eso ICL quiso estar que se encuentra en la mesa redonda llamada “Innovación y estado de hoy en el campo del tratamiento de la aceituna”, donde Francisco Morell, Responsable de Agronomía Europa de ICL, examinó los aspectos propuestos por la compañía para prosperar la fertilidad del suelo y prosperar la sostenibilidad del cultivo del olivo.
Para Francisco Morell, las innovaciones en la fertilización del olivo son primordiales para poder adaptarse a nuevos estándares de producción como la agricultura ecológica o los sistemas de producción integrados y optimizar el uso de los elementos y la rentabilidad del olivar, por ejemplo para preservar el medio natural y Achicar la huella de CO2 para la producción de petróleo.
Una cubierta verde llevada a cabo de olivos para sostener
Las ubicaciones de cultivo del olivo forman un inmenso manto verde, que cambia de color en todo el año en todos y cada temporada. En la Península Ibérica, el olivar ocupa unos 3 millones de hectáreas, prácticamente 2,5 millones en España y 1,5 millones en Andalucía.
Para mantener el verde de este olivar y su aptitud de producción de aceite son necesarios múltiples factores, tales como: B. el suministro de agua conveniente y un suelo fértil que pueda dar los nutrientes precisos para el cultivo. Como todos y cada uno de los cultivos, el olivo absorbe la mayoría de los nutrientes del suelo y sus pretensiones alimenticias asimismo tienen la posibilidad de complementarse con aplicaciones foliares.
Recuerde que los suelos de cultivo del olivo son muy dispares a los suelos calcáreos con pH alcalino de la comarca de Jaén; suelos ácidos en Extremadura; suelos aproximadamente profundos con mayor o menor aptitud de retención de agua y nutrientes; etcétera. Una herramienta con la que tenemos la posibilidad de entender bien nuestro sistema y determinar el plan de fertilización es el análisis del suelo, pero con incertidumbres en lo que se refiere a la disponibilidad de nutrientes para el cultivo. También tenemos la posibilidad de realizar pruebas foliares para diagnosticar el estado nutricional de nuestro cultivo y planear la estrategia de fertilización a largo plazo.
Por norma general, en un olivar adulto clásico, un aporte (entre fertilizantes sólidos y fertilización) entre 200 y 400 kg / ha K (potasio) con aproximadamente 100 kg / ha P (fósforo) y 100 a 120 kg N (nitrógeno) es hecho, a lo que se añaden apps hoja. Para efectuar los cambios precisos es necesario tener en consideración los resultados de los análisis de suelo y follaje realizados, así como las condiciones agronómicas de nuestras parcelas.
Fertilización natural con polisulfato
Al detallar estas estrategias de fertilización, sugerimos a ICL la utilización de polisulfato como fuente de potasio y como aporte de macronutrientes secundarios. El polisulfato es un fertilizante natural para olivos comúnes y orgánicos que aporta potasio, magnesio, calcio y azufre en forma de sulfato.
Es esencial apuntar que ICL es actualmente el único productor mundial de polisulfato. Estamos ante una opción muy interesante tanto en el olivar ecológico, por el hecho de que el polisulfato es un mineral natural certificado para la agricultura ecológica, como en el olivar convencional, tanto en mezcla como como abono complejo.
El polisulfato es un fertilizante que ha estado en el mercado solo por cinco años, que es un período corto para un fertilizante. Para valorar su empleo en la fertilización de olivares, ICL lanzó 2 pruebas en un largo plazo a principios de 2021 para valorar el cultivo y la contestación del suelo al aporte de polisulfato.
La primera prueba se realizará en olivos ecológicos en Madrigalejos, Cáceres, con el apoyo técnico de CICYTEX. Es un olivo intensivo que se convierte en ecológico, con una plantación de 14 años de la variedad Arbequina y una producción entre 7 y 8 mil kilogramos de aceitunas / ha, 1200 y 1500 kilos de aceite de oliva por hectárea. En esta prueba se valora la idoneidad del polisulfato a lo largo de la conversión de olivar usual a olivar ecológico con tres objetivos: mantener los niveles de producción; cambio de una proporción del 20 al 80 del aporte de fertilizante entre fertilización sólida al 80% del aporte fijo y 20% con riego; y, al final, progresar la fertilidad del suelo.
El segundo intento del olivo convencional en la ciudad de Baeza se realizó en colaboración con el Centro Internacional de la Potasa (organismo en todo el mundo con el que trabaja ICL) y con la coordinación técnica y científica de Juan Vilar y Asociados. Es una plantación de 40 años con un volumen de producción de cerca de 20 a 25.000 kg / debe de aceite y 6.000 kg de aceite por hectárea. La utilización de polisulfato se valora como una parte del plan de fertilización, adjuntado con el consumo de potasio en las hojas, y la contestación del cultivo se monitorea de cerca.
Estas dos pruebas pertenecen a estudios que se llevarán a cabo a lo largo de al menos los próximos tres años y que asimismo valorarán el encontronazo ambiental de cada estrategia y la huella de carbono de la producción de 1 litro de aceite con polisulfato. Con eso en cabeza, disponemos un óptimo punto de partida con el polisulfato porque la huella de carbono de su producción es de solo 34 g CO2y también por 1 kg de polisulfato.
Estas pruebas demuestran el compromiso de ICL con la innovación continua de Olivar, una cultura que proporciona un catálogo de soluciones funcionales y de vanguardia para mejorar la gestión de la fertilización del olivo. Por ello, aparte del polisulfato, ICL también desarrolló fertilizantes de liberación controlada de la gama Agroblen, en especial diseñados para integrarse en el pozo de plantación y proveer los nutrientes precisos a lo largo de los primeros meses, progresando de este modo el lugar de una nueva plantación en condiciones de campo. . y Agromaster para un suministro seguro de nutrientes optimizados a lo largo de múltiples meses. Por otra parte, los fertilizantes foliares Agroleaf presentan diferentes equilibrios alimenticias para cada etapa del ciclo de cosecha. Al final, ICL proporciona una gama completa de fertilizantes sólidos, solubles y líquidos para la fertilización de olivares convencionales y orgánicos.
Francisco Morell concluyó su presentación destacando: “Debemos innovar para adaptarnos a nuevos estándares de producción como la agricultura ecológica y mejorar la eficiencia en la utilización de los elementos para prosperar la rentabilidad del olivar y proteger el medio rural y limpio. Reducir la huella de carbono y progresar la sostenibilidad de la producción de aceite de oliva son objetivos clave. En este contexto, es la iniciativa de artículos y tecnologías innovadores lo que ICL propone para conseguirlo. “
Más información en www.icl-sf.es
18 de mayo de 2021 –
Fuente Ver artículo original en Agroprecios