TODO PARA LA JARDINERÍA
En esta sección retrocedemos un poco en el tiempo al ver los distintos estilos de herramientas manuales para el jardín. Los avances tecnológicos de los últimos años nos han traído herramientas mecanizadas de una practicidad y resistencia impensables, pero las pequeñas y grandes herramientas manuales para el jardín no serán olvidadas por nadie. Algunas de ellas se siguen utilizando hoy en día, sobre todo para pequeños trabajos, mientras que otras pueden haber pasado ya al olvido. Queremos que tanto unas como otras (metafóricamente hablando) sean desempolvadas y rescatadas del olvido al que a menudo son relegadas. Los jardineros de antaño y los de hoy que aún disfrutan y admiran el trabajo manual son algunos de los instrumentos más utilizados para las azadas, las palas, los rastrillos, las guadañas y las horcas. Estos dos instrumentos, a los que se pueden añadir otros equipos manuales, se utilizan para realizar pequeños trabajos de jardinería en espacios reducidos. En el segmento dedicado a ellos
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los analizaremos a fondo, explicaremos para qué sirven y cómo utilizarlos. Sin embargo, en los siguientes párrafos queremos darle los primeros consejos sobre las herramientas manuales más populares para la jardinería. Seguramente incluiremos la azada, la pala, el rastrillo, la guadaña, la horquilla, la pala, las tijeras y las cizallas, el cuchillo de injertar, el pico y el gancho de carpintero entre las herramientas manuales para el jardín. Cada una de estas herramientas tiene una finalidad única y útil. Por ejemplo, la azada remueve la tierra superficialmente para prepararla para la siembra, en cambio la pala se utiliza para remover los terrones en profundidad para funcionar y abonar la tierra y enterrar más fertilizante. El rastrillo, que puede tener dientes más o menos gruesos, se utiliza para extraer las piedras de la tierra o para enterrar las semillas que, tras la siembra, aún sobresalen del suelo. Por su trágica relación con el sentido de la muerte, la guadaña, un símbolo muy oscuro, pero que sigue siendo un símbolo, junto con el martillo, del antiguo Partido Comunista, es en realidad una herramienta manual muy útil, que se utiliza para cortar la hierba con movimientos muy grandes en semicírculo. La horca se utiliza para remover y trasladar el abono o la paja, otra herramienta inolvidable del pasado. Por otro lado, la pala empuja la tierra que levanta el pico. En las frecuentes operaciones de poda, se utilizan tijeras y cizallas para acortar las ramas de los árboles y las plantas. El cuchillo, normalmente de hoja fina y afilada, se utiliza para crear agujeros para injertar en los troncos. El pico levanta y empuja la tierra, como acabamos de decir. En general, su acción va acompañada de la de la pala. El pico, otra herramienta con símbolos misteriosos y relacionada con la imagen esquelética que representa la muerte, junto con la guadaña, se utiliza en realidad para cortar ramas y romper troncos. Para intervenciones menores y en pequeñas superficies, se utilizan las herramientas manuales de jardinería. También se pueden utilizar para trabajos exigentes y en regiones más amplias, si se está dispuesto a ello. Los campesinos de antaño lo consiguieron y pudieron mantenerse a salvo y alejados de todas esas enfermedades causadas por el sedentarismo gracias al constante movimiento. Salvo para fines productivos, las herramientas manuales se sustituyen por las mecánicas. De hecho, en la agricultura a gran escala, sin la ayuda de instrumentos mecánicos, sería difícil trabajar quintales o, mejor aún, toneladas de cultivos. Sin embargo, para un pequeño huerto sería más seguro volver a utilizar algunas herramientas manuales. Es difícil prescindir de ellas, pues basta con pensar en las tijeras o en el cuchillo para injertar. Al estar fabricadas con materiales ergonómicos y ser resistentes a los agentes externos, las herramientas manuales son ahora también prácticas de utilizar. Para resistir la oxidación, las hojas de las mismas herramientas son casi siempre de acero inoxidable o de acero galvanizado. Por otro lado, los mangos están recubiertos de plástico resistente al calor, por lo que a veces se denominan “termoplásticos”. Para evitar que las herramientas de mano se vean perjudicadas por agentes externos, es aconsejable secarlas siempre después de lavarlas, para que no se oxiden las cuchillas, especialmente las de acero galvanizado. De hecho, con el paso del tiempo, la capa de zinc tiende a agotarse, dejando al descubierto el metal ferroso que tiende a oxidarse. También es importante limpiar y desinfectar las cuchillas de las herramientas de poda e injerto antes y después de su uso. Además, recuerde limpiarlas y despojarlas de los restos vegetales recogidos durante su uso antes de guardar todas las herramientas manuales. En las tiendas de jardinería y agricultura, en los centros de brico y en las ferreterías se pueden adquirir herramientas manuales para el jardín. En el comercio electrónico, la oferta de herramientas manuales también es muy amplia. El coste de estos útiles accesorios varía entre siete y veinte euros y suele ser muy económico. Las tarifas más elevadas se aplican a los instrumentos manuales de mayor tamaño.